lunes, 25 de mayo de 2009
LA GENTE PEQUEÑA PUEDE HACER COSAS GRANDES
Gente pequeña puede hacer cosas grandes.
Enero 1998: Ryan tenía 6 años cuando su maestra de primaria le habló a su clase sobre la difícil situación de los niños en África; las malas condiciones de vida, la falta de alimentos, medicamentos y de las muchas enfermedades y muertes que causaba la falta de agua. Los ojos del pequeño se llenaron de lágrimas al escuchar sobre los muchos chiquillos de su edad que morían cada año por beber agua contaminada. La maestra les dijo que con 70 dólares se podría construir un pozo de agua.
Con ansia esperó Ryan la llegada de sus padres a casa esa noche, cuando su madre Susan y su Papá un oficial de la policía de Canadá llamado Mark llegaron a cenar, se avalanzó sobre ellos gritando, “Mamá, papá necesito 70 dólares para construir un pozo en África.”. Durante la cena Ryan les contó sobre lo que la maestra les había dicho y su interés en ayudar. Su madre le dijo “Eso es mucho dinero y ahorita no podemos pagar esa cantidad, la situación no anda muy bien..”, ante la insistencia de Ryan su madre hizo un trato con el: “te doy 2 dólares por que me ayudes con la limpieza de la casa”. Una sonrisa iluminó el rostro de Ryan.
Durante la primer semana Ryan aspiró la casa entera, mientras la familia veía películas los fines de semana el limpiaba vidrios, al ver su entusiasmo su abuelo le propuso darle 10 dólares por cada bolsa de hojas secas que recogiera del jardín. Al traer su boleta a casa por buenas calificaciones sus papás le dieron 5 dólares extras.
Tras unos meses Ryan consiguió juntar los 70 dólares, su madre no creía que hubiese persistido en su afán de recaudar el dinero, creyó que sería algo pasajero que en un par de días olvidaría. Susan se puso en contacto con “watercan” una asociación civil que apoya a la construcción de pozos en países en vías de desarrollo. Al contar la historia a la A.C y decirles que Ryan quería entregar el dinero en persona, la asociación se conmovió y los medios de comunicación cubrieron el evento.
En pantalón de vestir y corbata el pequeño Ryan de seis años entrego los 70 dólares a la líder de la watercan a la cual Ryan le pidió que se reclinara un poco para que lo escuchara, bajó la voz y dijo “ aquí les entrego otros 5 dólares más para que las personas que construyan el pozo se compren una torta”. La jefa de la asociación le agradeció y le dijo que con los 70 dólares se compraría la bomba manual para sacar el agua pero que para construir el pozo se necesitaban cerca de 2 mil dólares. El pequeño sin idea de cuanto era esa cantidad dijo “entonces trabajare tiempo extra para conseguir el dinero”.
Con el apoyo de su comunidad y su esfuerzo logró recaudar la suma necesaria.
En julio del 2000 Ryan y sus padres llegaron a Uganda, cerca de Angola, a una escuela primaria, donde antes de la construcción del pozo el acceso al agua más cercano se encontraba a 5 kilómetros. En Uganda solo el 46% de las personas tienen acceso a agua potable, en ese lugar uno de cada 5 niños moría por problemas relacionados con el consumo de agua contaminada.
La tarea de Ryan continua, ha logrado recaudar mas de 60 mil dólares para la construcción de pozos que hoy llegan a 30. Hace dos años tuve la oportunidad de conocerlo, ahora es un adolecente de 17 años, su historia, perseverancia y sencillez me impresionaron, es un chavo como cualquiera de nosotros. A mi regreso de ese viaje le conté esta historia a un amigo y me dijo “vaya no cabe duda que cuando naces para algo, naces para algo”. Y su respuesta me indignó, Ryan es un chavo normal que tuvo la visión, el amor, la voluntad y ante todo la fe de que las cosas podían ser diferentes, para el la palabra imposible nunca existió y hoy ha ayudado a crear un cambio para miles de personas. El es conciente de la necesidad que existe en este mundo de involucrarse en ayudar a los demás y de preguntarse ¿Por qué yo sí tengo y otros no? Y no quedarse en la pregunta sino llevarlo a la acción. A diferencia de muchos de nosotros que también nacimos para algo como diría mi amigo pero nos quedamos en la simple pregunta y huimos a la respuesta por temor, cobardía y falta de compromiso. Lo imposible con voluntad es posible, y como dijo Ryan “La gente pequeña puede hacer cosas grandes”. www.ryanswell.ca
www.lauramuller.com.mx
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